Millones de jóvenes viven una mezcla de frustración, desgaste emocional y sensación de abandono institucional. No es solo que el mercado laboral sea precario, o que la vivienda esté fuera de su alcance, es que la percepción social dominante es que el Estado no está respondiendo a su desesperación. Esta desconexión entre ciudadanía joven y estructuras políticas no es fruto del azar. Es consecuencia directa de un sistema que piensa en bloques de cuatro años , que legisla mirando encuestas y que ha olvidado una verdad básica: ningún país puede...
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